El color es luz, ese es el «mantra» de los fotógrafos. basándonos en esa premisa debemos saber que depende de la luz que incide sobre una habitación, un mismo color será ligeramente distinto. por esa razón no hay que empeñarse que un color que hemos visto en una revista quede igual en nuestro salón, ni siquiera que lo encontremos en una carta de millones de colores y se traslade a la pared como si mueves un sillón. El color es mágico, cuando lo intentas atrapar se te escapa de las manos. Por ello quizás haya que aprender a dejar que el color te atrape a ti, no al contrario.

A lo largo de los años he visto muchas formas de decorar las paredes, desde lo mas sencillo a lo mas barroco y no seré yo quien me ponga a recomendar una cosa u otra. Lo que si puedo decir desde la experiencia es que seguir una linea coherente de colores suaves con toques de colores fuertes, texturas o papel pintado en zonas muy concretas es la forma mas extendida hoy en día y creo, personalmente, que es la mejor forma de personalizar las habitaciones, sin romper con el resto de la casa. El hecho de que los colores tienen carácter triste o alegre, pasan frío o calor, tienen una apariencia elegante o son limpios o sucios lo transmitimos nosotros con nuestro estado de animo y lo podemos experimentar fácilmente. Por ejemplo, es muy difícil que un niño elija un blanco o un color muy suave y no es casualidad que los colores que utilizan en Gran Bretaña sean mas grisáceos que los que normalmente la gente elige en nuestro país.

Desde que era un niño me acostumbré a mezclar los colores en la paleta de oleos de mi madre y poco a poco fui descubriendo como surgían los diferentes colores, con los años, estudiando arte me enseñaron la teoría del color, la disposición de los colores según el estudio de como la luz blanca pasa a través de un prisma. Todo ello me ayudo a comprender mejor lo que ocurría en el proceso, pero en ningún caso sustituye al placer que sentía yo, en aquellos días, jugando con la paleta de colores de mi madre. Por eso creo que cuando te pones a elegir un color no hay que intentar resolver ninguna ecuación, sino en dejar que la intuición te lleve y disfrutar.